Los trastornos de ansiedad

Es importante primero conocer las diferencias entre el miedo y la ansiedad y así entender los posibles trastornos que derivan de ellas.

Se conoce al miedo como una emoción básica, una activación de la respuesta “luchar-huir”, permitiéndonos responder con rapidez ante amenazas visibles. Cuando esta respuesta se activa sin existir amenaza o peligro evidente, se dice que la persona está sufriendo un ataque de pánico espontáneo. El miedo tiene 3 componentes: cognitivo (“estoy atemorizado”) fisiológico (aumento del ritmo cardíaco y de la frecuencia respiratoria) y conductuales (impulso a salir corriendo).

Por otro lado la ansiedad es una compleja mezcla de emociones y cogniciones, orientada hacia el futuro y más indistinta que el miedo. En la ansiedad, el estado de ánimo es negativo, con preocupación sobre sí mismo y sensación de incapacidad de control sobre las amenazas futuras. A comparación del miedo, que la activación va dirigida a luchar o huir, en la ansiedad la persona se prepara para responder en el momento que sea necesario. Al igual que el miedo, la ansiedad tiene componentes de carácter cognitivo, fisiológico y conductual. A nivel fisiológico, la persona se encuentra en un estado crónico de sobreactivación. A nivel conductual, existe una evitación de situaciones potencialmente peligrosas, pero a diferencia del miedo, no existe en este caso una exigencia inmediata para huir.

Si bien existen muchas condiciones amenazantes que producen miedo o ansiedad de manera incondicionada, la mayoría de las fuentes de ansiedad y de miedo son APRENDIDAS.

Los trastornos de ansiedad tienen por características principales el miedo y la ansiedad irracionales, intensos y poco realistas. El DSM-IV TR reconoce siete tipos básicos de trastornos de ansiedad:

  • Trastorno fóbico de tipo específico
  • Fobia social
  • Trastorno de pánico con agorafobia
  • Trastorno de pánico sin agorafobia.
  • Trastorno de ansiedad generalizada
  • Trastorno obsesivo compulsivo
  • Trastorno de estrés post-traumático

Dentro de estos siete tipos de trastornos, el más común es el trastorno fóbico. Se conoce a la fobia como un temor desmedido y perseverante hacia algún objeto o situación específica, que en realidad no suele ser peligrosa. La persona con fobias tiene respuestas de luchar-huir, activándose con facilidad para escapar de la situación percibida como peligrosa. Usualmente las personas son capaces de hacer cualquier cosa para evitar los objetos y situaciones difíciles, hasta como evitar una fotografía del objeto. Dentro de las fobias existen tres categorías principales:

  • Las fobias específicas. Miedo hacia otras especies o diversos aspectos del entorno, como puede ser a la altura, al agua, los puentes, etc. A continuación las fobias específicas más habituales:
    • Acrofobia: alturas
    • Algofobia: dolor
    • Astrofobia: tormentas y relámpagos
    • Claustrofobia: espacios cerrados
    • Hidrofobia: agua
    • Monofobia: estar solo
    • Misofobia: contaminación o gérmenes
    • Nictofobia: oscuridad
    • Ochlofobia: multitudes
    • Patofobia: enfermedad
    • Pirofobia: fuego
    • Zoofobia: animales en general o algún animal concreto.
  • Las fobias sociales: miedo a las situaciones sociales en que la persona teme ser evaluada y expuesta de manera humillante o embarazosa.
  • La agorafobia: miedo a sufrir un ataque de pánico en una situación de la que sea difícil escapar, ya sea de espacios abiertos o cerrados.

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